Benvidos


Belvís

Belvís
Seminario Menor de la Asunción - Santiago

domingo, 14 de abril de 2013

Se vives grazas a Rafael, a Miguel, a Andrés e a min, pola miña parte sintome moi feliz de poder ser o teu salvador, Eduardo.
E, pa que a nosa vida sega  alentando neste bloc, aí vai un pouquiño do meu alento:


LA MÁQUINA INFERNAL

Esta tarde, sentí la imperiosa necesidad de marchar hacia el lugar del… ¡ Que más Da !
Me acompañaron dos inseparables compañeras; una, bastante  insensata ,y, la otra algo más cuerda, si tenemos en cuenta las circunstancias de cada una de ellas, dentro de mi más rabiosa actualidad.

- Un poco lejos ¿ no crees ?  Decía la segunda. Mejor que te lleven, y no que vayas sin saber si llegarás.
- No hagas caso y vete ya. Decía aquella, la que sólo sabía volar; eso sí, incluso, hasta el mismísimo más allá.
No sé, no sé… estoy echo un lío.
-Pero, vamos a ver: ¿ no llevas dentro de ti a Roberto Alcázar y al Guerrero del Antifaz ? Ellos, jamás dieron marcha atrás. ¡ Vamos ya !… sin pensarlo más.

Y allá me fui, dale que te pego, con mis dos bastones por compañeros desleales, hasta vislumbrar el lugar de las chilindradas que quería comprar.

-Y ahora qué ¿ Cómo vas a cruzar ? Me decía, la que era de más fiar.

Una Gran Muralla no me dejaba cruzar. Guerreros de aquí para allá con sus dardos de fuego y sus catanas de metal.

Si cruzo, pensé, igual caigo bajo un dardo envenenado, como ciervo que pace sin pensar más que en la yerba de su lugar. Entonces, si soy abatido, vendrá un pajarillo venezolano y danzará en torno a mi insensata hada madrina que me hizo caminar, sin más.

Y, si sigo, ¿ hasta dónde tendré que andar …? Ahí sigue y sigue la gran muralla de una cuestión a adivinar.
Entonces, me dijeron mis fieles guerreros:
- ¡ Adelante y en zig zag ! Sortea el peligro, porque la frontera del más allá, tan sólo la verás cuando llegues a traspasar la Gran Muralla de tu eternidad. Jamás retrocedas. Tus pasos anclados en el pasado, fielmente, te llevarán hasta que no puedas más.

…Y, yendo y viniendo,… y, silbando, sus flechas, me disparaban, sin el menor atisbo de piedad. Me tenían acorralado. ..mas, me paraba, observaba,  y volvía a andar, entre una gran  maraña de modernidad.

No nacieron los quijotes para los molinos de tal necesidad.
Preciso caminar por la libertad del aquí para allá, sin fronteras, sin dueños y con las dos compañeras, que van con mis guerreros que nunca me olvidarán.

Ya me lo decía mi médica:
-debes de moverte más…
Pero, doctora, si ya camino, …y, mucho más, también yo, con la máquina infernal.

Antonio Puertas


No hay comentarios:

Publicar un comentario