A MI PADRE
Han pasado tantos años
y aún os guarda mi alma;
con la fuerza de la calma,
reparadora de daños,
en calendarios extraños,
como si hubiese sido hoy.
-No lloréis porque yo soy
el fuego de vuestra razón,
abrasando el corazón
lo avivo aunque no estoy-
-No lloréis porque me vaya,
vosotros sois mi relevo
os dejo mi mundo nuevo,
que es como ola que raya
arenas de fina playa,
rozándola con mi candor,
y unas brisas de dolor,
en mi barquilla dorada,
llegando como encantada
por la atalaya del mar.
-No lloréis porque me fuera
para una vida mejor;
nada bueno hay sin dolor
y, aunque el alma me hiera,
ningún gozo haber hubiera
que el teneros a mi lado…
seguir siendo anhelado
como lo fuera en la vida,
aunque triste mi partida,
el encuentro es más ansiado.
Antonio Puertas
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