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Belvís

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Seminario Menor de la Asunción - Santiago

jueves, 22 de julio de 2010

OS MEUS CONTOS

EL PRIMER MAPA DEL UNIVERSO




Hace unos días, los medios de comunicación nos sorprendían con la publicación del primer mapa “real” del Universo que, el telescopio PLANCK de la Agencia Espacial Europea, había fotografiado y, como primicia de alcance, nos la dio a conocer.

Decía Radio Francia Internacional, que, para la creación de este mapa, el PLANCK, había estado tomando imágenes del Universo con un espectro electromagnético de altísima precisión durante más de 6 meses y que los científicos, a partir de ahora, contaban con un poderosísimo instrumento para poder determinar el origen del Universo. Una especie de Santo Grial para los astrónomos y cuyas imágenes podrán explicar, en un futuro, cómo comenzó todo.



…Para los científicos y para los demás mortales. Todos podremos sacar alguna conclusión, acertada o no, al igual que ellos mismos, nos fueron dejando a través de los años sus teorías.



Si ,el Universo que, hasta ahora, creíamos “ infinito “y cabe en un mapa, ¿ que más sorpresas nos esperan en el futuro? Estrellas, nebulosas, agujeros negros y espacios profundos que sólo se pueden detectar viendo lo que pasa a su alrededor, siendo éstos últimos los más misteriosos, ¿ no serán tan sólo una pequeña parte de la materia que saltó en pedazos con la mano creadora de Dios ? …colisiones, fusiones, transferencias de materia ( “nada se destruye, todo se transforma“), viento estelar y fagocitosis, son la prueba evidente de que el Universo creado está vivo. Vivo porque el Espíritu que lo sustenta eternamente está vivo.



Cuando tuvo lugar aquella descomunal explosión hace más de 13 millones de años, sólo reinaba “ el nada absoluto “: ni la luz, ni la oscuridad, ni la materia, pero sí el Espíritu que la creó, latía eternamente.



Intriga a los científicos la masa roja y amarilla que se observa en los polos de ese primer mapa. Restos de la radiación cósmica o microondas que siguen como una especie de “ fósiles luminosos” dejados por el Big Bang. Ni siquiera el disco blanco que circunda el Universo, conocido como la Vía Láctea, y formado por infinidad de estrellas y galaxias…, son la principal fuente de atención del científico. Y es normal que así sea, pues lo más intrigante para todos, es conocer la eterna cuestión del ser humano: de donde venimos y a donde vamos.



Si Dios es espíritu y su mansión es LA NADA, no precisa de la materia. Su gloria le basta; se valió del rayo creador para compartir su grandeza con los demás. Los agujeros negros, devoradores de la masa, son una especie de gigantescas cavernas entre la materia y el espíritu que engullen a la primera para reintegrarla a su eternidad de donde un día salió. Puentes cósmicas entre el Ser y el no ser de la Vida.



Antonio Puertas









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