PARA NUESTRA
SALUD DEMOCRÁTICA
No me propongo hoy hacer un recetario completo de condiciones
para la regeneración del funcionamiento de los partidos políticos o aportar
principios para el mejor encaje de las
instituciones en una sociedad más participativa y fiscalizadora de su
actividad. Ya hay mucho escrito sobre ello y se escribirá más cuando se
acerquen las próximas elecciones. Lo que intentaré fundamentalmente es dar
argumentos para sacar el acceso a la representación parlamentaria del marketing
en que se mueve (que explica en buena
medida la corrupción que tanto nos escandaliza en los últimos meses) y
establecer unas condiciones mínimas de ética y responsabilidad social de los
aspirantes a la función política.
El caso “Bárcenas” evidencia la mentalidad caciquil de la
cúpula del PP (pero es observable-dentro
de las posibilidades respectivas-en el resto de los staff o por mejor decir:
“cúpulas”) donde el “Yo me lo guiso, yo me lo como” resulta un criterio de aplicación práctica obvia. Nosotros somos
“los buenos”, “los salvadores” y, como tales, nos merecemos cuanto nos pida el
cuerpo, sea en comilonas, en sobresueldos o privilegios de todo tipo. Es, por
supuesto, un mal-además de un craso error de concepto que hay que corregir con
normas y cambios actitudinales que requerirán más reflexión. Pero lo que me
parece urgente y de más inmediata reparación es acabar con la corrupción que
acompaña a la financiación de los partidos y al modo en que “se venden” a los
electores. Si se compran favores-o cabe la posibilidad de que suceda-a cambio
de generosas contribuciones a las “campañas” de los que deberían crear cauces
de participación ciudadana, estamos propiciando, por una parte, no solo la
distorsión del principio de la libre competencia ante a las administraciones
públicas( en clara contradicción con una norma básica capitalista) y
ocasionando el sobreprecio artificioso de los servicios que se les prestan sino
, además, consentimos que-lejos de ser los partidos expresión de “la voluntad
popular”-devengan un producto de mercado como si de vender coches o papel
higiénico se tratara. Los partidos nos tienen que convencer con argumentos, no
con “juegos de seducción”. Obliguémosles a que se expliquen desde los medios
públicos en debates abiertos, pedagógicos; en pie de igualdad; y prohibamos las
costosísimas campañas “de papel e imagen”. Cada renovación del parlamento debe
ser una confrontación nueva, una partida de cero-no una salida con ventaja
preestablecida. Los partidos percibirán-para el sostenimiento de su burocracia
y capacidad de concienciación-una cuota, por ley, proporcional al número de
votos obtenidos en las urnas, pero nada más.
El sueldo de los parlamentarios será el doble, el triple o el cuádruple
del medio nacional-dependiendo de la
importancia de la función que desempeñen. Si el país va mal (por aquello de la
corresponsabilidad), los sueldos suyos se afectarán en la misma proporción que
aquella media. El que quiera más-si se lo consentimos-que lo busque fuera de lo
que debe ser un servicio a la Comunidad (es tema para otro artículo). Después
de dos legislaturas seguidas-como máximo-tendrá que recuperar el puesto laboral
que haya ejercido antes de ocupar su puesto de diputado-previo un análisis de
su responsabilidad social por parte de ciudadanos especializados y/o
capacitados, independientes, elegidos por sorteo entre estos y convocados ad
hoc-es decir: para determinar si por ignorancia, por aprovecharse del cargo,
por mala gestión, por prevaricar o caer
en algún tipo de corrupción, causó algún daño al bien común. Los funcionarios
ligados a su gestión podrán ser examinados y sancionados-incluyendo la
expulsión-si obraron en contra de su estatuto o consintieron el anómalo
comportamiento de sus jefes temporales. Los afectados por las decisiones de
unos y otros podrán aportar pruebas y argumentos al Tribunal Popular, el cual
tendrá la facultad de sancionar la mala fe de estos si la hubiere.
Son ideas para la reflexión, para el retoque o la
sustitución, que no tienen otro objeto que concienciar e impulsar la
movilización ciudadana.
Hacía más tiempo del que creía que no entraba en el blog. Me sumo a los deseos de pronto restablecimiento de mi tocayo, a los deseos de éxito para Puertas y a la gratitud por las aportaciones de Rafael. No creo que pueda estar en la convivencia cuando la convoquéis pero la seguiré aquí con el interés de siempre.Andrés L. Amboage
Dioloqueira, aínda que El, non tome parte.
ResponderEliminarUnha aperta, Andrés.
Saúdos
Antonio