Na tarde de onte,
Sábado,despois de xantar,achegámonos a Santiago coa finalidade de
ver a exposición,el di que é a derradeira, de Isaac Díaz Pardo,
titulada PINTURAS E FRACASOS que se amosa na Casa da Parra,na Praza
da Quintana ,en Santiago. Son todos cadros de hai moitos
ano,anteriores ao 1948,en que abandona os pinceis e se adica a
transportar a arte a obxectos de consumo e ornamentais. Deste modo,a
través da industria cultural, consegue democratizar a arte e
achegala á xente. Tanto o conseguiu que hoxe son poucas as casas,en
Galicia, onde non se atopa algún obxecto artístico dos producidos
baixo a marca de Sargadelos.
Hai pouco revelounos
Xosé Díaz, fillo de Isaac,cal foi a causa de que abandonase a
pintura. Chamouno Fernando Álvarez de Sotomayor director do Museo do
Prado ofrecéndolle participar no deseño e montaxe do “Valle dos
Caídos”.Non podía aceptar semellante colaboración e foi cando
lle empezou a dar voltas na cabeza a idea da industria cultural e
montou a fábrica do Castro de Samoedo e posteriormente, no 70,
Sargadelos ,en Cervo.
Despois de ver a
exposición demos unha volta por Santiago, con visita ao café Derby,
e ao pasar pola rúa do Villar chamounos a atención unha estatuíña
de cerámica que representa as Dúas Marías. A dependente que nos
atendeu comentou que non sabía que mérito tiñan porque ninguén
lle sabía dicir que é o que fixeran para ser famosas. Eu
comenteille o que coñecía pero non lle pareceron méritos
suficientes para a fama.
Copio e pego o que hai
algúns anos apareceu nunha reportaxe de María Fábregas, no País,
polo que me enterei da historia destas dúas mulleriñas que tantas
veces temos visto pola Ferrería e Toural collidas de ganchete
.
“Salían cada día a
pasear por las mismas calles de Santiago, siempre a las dos en punto,
arregladas con una ropa y un maquillaje tan colorido como
extravagante. Todavía hay mucha gente en la ciudad que recuerda a
las inseparables hermanas Coralia y Maruxa, más conocidas como Las
Marías, dos emblemáticos personajes de Compostela a los que las
nuevas generaciones sólo conocen por la estatua que les rinde
homenaje en la entrada del parque de la Alameda.
Pero bajo esa fama de locura que les precede
hasta hoy, escondían un drama personal que no todos conocen, con la
Guerra Civil como telón de fondo. Así lo recoge el documental
Coralia e Maruxa, as irmás Fandiño, de Xosé Rivadulla Corcón,
para cuya elaboración ha contado con testimonios de personas como
Encarna Otero, Xosé Luis Bernal o Dionisio Pereira.
Nacieron en una familia obrera de 11 hermanos, tres de ellos
destacados miembros de la CNT. El documental relata cómo tras el
estallido de la Guerra Civil, asesinan a uno de ellos mientras que
los otros dos consiguen huir. La pesadilla para las hermanas comenzó
cuando los falangistas trataron de utilizar a la familia para
averiguar su paradero. A horas intempestivas de la noche, llegaban a
la casa de los Fandiño, registraban y desbarataban la vivienda,
desnudaban en la vía pública a las hermanas para humillarlas y las
subían al monte Pedroso de Santiago. "No está demostrado, pero
hay gente que afirma que las llegaron a torturar e incluso a violar",
explica Rivadulla.Con poco más 20 años y sin haberse metido con nadie, la vida de Las Marías se convierte en un mal sueño que se prolongará desde el inicio de la guerra hasta mediados de los años 40. Rivadulla señala que esos malos tratos continuados fueron la causa de la locura que ambas sufrieron, porque "antes no eran así". Finalmente los hermanos huidos fueron arrestados y cesó la presión sobre las Fandiño.
Aun así, su situación económica era muy precaria. Las hermanas dejaron de trabajar como costureras, oficio que venían desempeñando junto a su madre, porque los clientes dejaron de llevarles ropa "por ser una familia anarquista, por miedo a significarse". Vivían en parte gracias a la caridad de los vecinos. No les ayudaban de forma directa, porque quienes las conocían sabían que no aceptarían una limosna, sino que les dejaban de forma anónima pequeñas cantidades de dinero en distintos comercios, en los que después ellas compraban.
La solidaridad de los vecinos se puso a prueba a principios de los 60, cuando un temporal tiró abajo el tejado de la casa de las Fandiño. Enseguida se organizó una gran colecta entre los vecinos de Santiago y se llegaron a juntar 250.000 pesetas. "Es espectacular", dice Rivadulla, "porque en la época eso es lo que costaba un piso".
"Manifestaron su locura mostrándose rebeldes contra la sociedad", afirma el autor. Las Marías nunca pasaron desapercibidas, no sólo por su llamativa vestimenta y sus rostros maquillados con polvos de arroz, sino por su actitud. "Ellas piropeaban a los hombres algo que, por supuesto, no se le ocurría a ninguna otra mujer. Siempre manifestaban que todos los hombres se enamoraban de ellas y flirteaban con los estudiantes". En contra de lo que pueda parecer, eran muy diferentes: Coralia, la menor y más alta, era tímida y poco habladora, mientras que Maruxa, más pequeña aunque de más edad, era la que llevaba la voz cantante.
La opinión del autor del documental es que las hermanas desempeñaron, posiblemente sin saberlo, una papel fundamental en esa época de represión. "Mucha gente que se sentía ahogada por el régimen y que no se rebelaba por temor a represalias, veían en Las Marías ese grito de libertad". Cuando en 1980 falleció Maruxa, Coralia se fue a vivir con otra hermana a A Coruña, ciudad a la que nunca se adaptó. Murió tres años más tarde después de preguntar muchas veces cuál era el camino para volver a Santiago.”
Ao mellor a historia esta xa vos é coñecida. A
min pareceume interesante porque os que vivimos até o 69 en
Santiago,naquela época,témolas atopado moitas veces. Chamaban a
atención polo colorido dos vestidos e a maquillaxe que utilizaban
tan rechamante.
Avisos:Cando ía a colar isto no Blog lin a entrada
de Eduardo. Despois desta retirada ao deserto aproveitando para
invernar,a semellanza das aves migratorias,paréceme que volverei a
prodigarme mais para que Puertas non lle de medo entrar a colgar as
súas poesías e contos e teña con quen falar para non caer no
soliloquio. Opinarei sobre algunhas cousas que nos suxire Eduardo ao
longo da semana. Un saúdo para todos. Rafael
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