AL HILO DE LA ACTUALIDAD

Oigo hablar frecuentemente-cuando de Comunidades Autónomas se trata-de solidaridad, de lealtad y de ordenamiento jurídico-como pilares básicos de la convivencia democrática entre territorios. Oigo hablar menos de corresponsabilidad, de coordinación cooperativa, de reparto de papeles institucionales, de integración de proyectos-previamente debatidos en función de las características geográficas, de las materias primas, de los espacios vitales, las disponibilidades humanas y de las conveniencias internas, europeas y mundiales, objetivamente determinadas. Y, sin embargo, si queremos hablar de nación ( o de patria, según prefieren otros) y no de mera dominación de unos intereses sobre los demás, sería lo oportuno considerar esto último. ¿O tienen alguna duda de que las elecciones ganadas con eslóganes y publicidad no son suficiente justificación para hacer y deshacer-legislativa y operativamente hablando-si cabe la posibilidad (y la hay en todas las “ollas”) que los intereses de grupo y de partido terminen primando sobre el interés general? En una sociedad verdaderamente democrática ¿ no sería “lo suyo” que la diversidad se integrase en el Bien Común sin que tal integración suponga un freno a su inventiva, al dinamismo de sus ciudadanos o entren en conflicto con  las condiciones materiales y morales que les caracterizan? ¿Alguien duda que hay que evitar que el “orden” legal se pueda convertir en instrumento de poder ilegítimo de aquellas mayorías-tán inconsistentemente constituidas? Aquellos resultados únicamente deben ser ocasión para tener la batuta para dirigir la orquesta-no la patente de corso para tocar por sí solo todos los instrumentos. ¿Se producen tal vez debates en el Parlamento o son las intervenciones en él mera tertulia o yuxtaposición de argumentos que en ningún caso pretenden el consenso o-ni siquiera-el compromiso?

Únicamente desde el respeto mutuo, desde la conciencia de que las sinergias son más beneficiosas para todos que las esferas de giro independiente, se podrá conseguir que unos grupos humanos diversos formen una Comunidad abierta al mundo.

Ya veo que la edad no perdona y "las bajas" se multiplican. Saludos .Andrés L. Amboage