Despois do xantar de Fernando Ledo ( con café, copa e faria incluídos), e do canto do cuco de Rafael,( con gorgoriños de primavera ), non está de mais unha das miñas poesías. Estamos no mes de Maio,e, as nosas nais, son merecentes dos nosos agasallos.
MADRE MIA
Madre mía, te decía algún día, cuando de niño te hablaba…
llorando, riendo, extrañando los besos que tu alma guardaba.
Sin saberlo te adoraba, madre mía, cobijado bajo dulces miradas,
y soñaba con claras luciérnagas que anidaban en sueños del alba.
Los mimos y las caricias eran vagos reflejos de unas luces claras
que revoloteaban sonriendo, en busca de unas sabrosas migajas.
Yo, niño, no las veía, cegado por los años de mi tierna infancia,
mas…, allí estaban, muy dentro de ti, saciando mi alma dorada.
Hasta que el tiempo pasó, como pasa el fin en los cuentos de hadas,
guardando, dentro de sus páginas, felices sueños y ...hasta mañana.
Cada uno de tus besos, latía dulce en las nuevas hojas encantadas
que escondían aquellos cuentos, y encendían mis sueños de infancia.
En el alma atesoro aquellos momentos, reflejos de extrañas miradas,
que hoy leo y releo, desde aquel misterioso ayer, que conmigo habla.
…caricias encerradas, riendo y cantando, madre mía, siempre en mi cama.
Antonio Puertas
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