Hoxe 31 de maio é o
terceiro cabodano deste instrumento de comunicación sempre que a
consulta que fixen, de forma apresurada no arquivo,resulte correcta.
O primeiro celebrámolo por todo a alto con globos de bos desexos. O
segundo pasou desapercibido pero o terceiro,para nós que tivemos
unha formación de base humanista forte e de espiritualidade bíblica
afincada, non o debemos deixar pasar sen conmemoración polas
connotacións que ten o número tres na Biblia. Como agora neste
momento non dispoño de moito tempo e as celebracións hai que
facelas o día que toca vou facer un corta e pega para xustificar a
importancia de celebrar o terceiro aniversario.
Estas cousas da
simboloxía entusiasmaban ao noso profesor de Evanxeos Rafael Silva
Costoyas que nos ofreceu unhas explicacións con fundamentos
racionalistas. Naquela época, de finais da década dos sesenta,
abríronnos os ollos a moitos para sacarnos da puerilidade e
infantilismo co que nos explicaban moitas veces a Biblia. Aí vai o
significado do número tres na Biblia:
Los
números en la Biblia
El
número 3
Christian
Chen
El
número 3 aparece 467 veces en la Biblia. El 3 demuestra combinación
en el sentido de unidad, como en la Trinidad: Padre Hijo y Espíritu
Santo. Este es un número especial asociado con la Divinidad. Tres
veces los serafines claman «Santo, santo, santo», por cada una de
las tres personas de la Trinidad (Is. 6:3); también los cuatro seres
en Apocalipsis 4:8. Tres veces es dada la bendición en Números
6:23-26. En estas bendiciones, el nombre del Señor aparece tres
veces. Jesucristo es mencionado como aquel «que es, y que era y que
ha de venir» (o ser) y como «el testigo fiel, el primogénito de
los muertos, y el soberano de los reyes de la tierra» (Ap. 1:4-5).
Aquí el Señor es presentado como el divino Profeta, Sacerdote y
Rey, que muestra la perfección de Sus cargos, levantado de entre Sus
hermanos (Deut. 17:15; 18:3-5 y 18:15).
El
evangelio de Cristo es visto de forma triple: la muerte, la
sepultación y la resurrección de Cristo. Él salva del pasado,
santifica para el presente y glorifica en el futuro a través de la
regeneración, transformación y transfiguración. Más aún, Su gran
cuidado pastoral lo identifica como: el «Buen Pastor» en la muerte
(Jn. 10:14), el «Gran Pastor» en la resurrección (Heb. 13:20), y
el «Príncipe de los pastores» (1ª Pedro 5:4).
Son
tres los predicados de Dios: «Dios es amor» (1ª Jn. 4:8, 16).
Nosotros debemos, por tanto, «andar en amor» (Ef. 5:2). «Dios es
espíritu» (Jn. 4:24). Somos exhortados a «andar en el espíritu»
(Gál. 5:16). «Dios es luz» 1 Jn. 1:5). Nosotros debemos «andar en
la luz».
El
tres es llamado «número divino» por ser mencionado con frecuencia
en relación con las cosas santas: «El Espíritu, el agua y la
sangre» son los testigos divinamente perfectos de la gracia de Dios
en la tierra (1 Jn. 5:18). La forma bautismal tiene carácter triple
(Mt. 28:19). Tanto el templo como el tabernáculo estaban
constituidos por tres partes: el atrio, el Lugar Santo y el Lugar
Santísimo. Asimismo, el hombre tiene tres partes: cuerpo, alma y
espíritu. (1 Ts. 5:23). Los dones de la gracia son tres: Fe,
esperanza y amor, repetidos cinco veces.
Puede
percibirse la naturaleza triple de la tentación, en Juan 2:16: «los
deseos de la carne», «los deseos de los ojos», y «la vanagloria
de la vida». Esto se manifestó en nuestros primeros padres, cuando
Eva vio (Gn. 3:6) que el árbol del conocimiento del bien y del mal
era «bueno para comer», «agradable a los ojos», «codiciable para
alcanzar la sabiduría». Contra esta triple naturaleza de la
tentación, «el último Adán», cuando era tentado por el mismo
tentador, repitió tres veces las palabras «está escrito». Los
tres enemigos del hombre son: el mundo, la carne y el diablo. El
mundo se opone al Padre (1ª Jn. 2:15,16). La carne se oponen al
Espíritu (Gál. 5:17). El diablo se opone al Hijo (la Palabra viva,
Mt. 4:1 y Jn. 3:8; y la palabra escrita, Jn. 8:44).
El
tres es también el número de la plenitud y perfección divinas. Si
en Cristo habita corporalmente toda la plenitud de la divinidad (Col.
2:9), ¿Cuál es, entonces, la medida de Jesucristo? Es interesante
observar que la palabra «plenitud» es notable, apareciendo sólo
tres veces y siempre en relación con la Deidad: «la plenitud de
Dios» (Ef. 3:19), «la plenitud de Cristo» (Ef. 4:13), «la
plenitud de la Deidad» (Col. 2:9).
En
relación a la plenitud divina, el número tres sugiere llenura,
perfección divina. Por ejemplo, los tres hijos de Noé (Gn. 6:10);
los tres amigos de Job (Jb. 2:11); los tres invitados de Abraham (Gn.
18:2); los tres amigos de Daniel (Dn. 3:23). En la Biblia podemos
ver, también el triple llamado de Samuel (1 S. 3:8); las tres
oraciones de Jesús en el Jardín de Getsemaní; las tres oraciones
de Pablo por causa del aguijón en la carne (2 Co. 12:8), las tres
negaciones de Pedro y la pregunta triple del Señor a Pedro.
En
un gran número de pasajes, el número tres es usado para expresar
períodos de fe. Tres noches de vigilia, tres días; tres semanas;
tres meses y tres años (verifique Jc. 7:19; Gn. 40:12, 13, 18; Éx.
2:2; Is. 20:3; Jn. 1:17; Mt. 15:32; Hch. 9:9; 2 Co. 12:8). Jesús fue
crucificado en la hora tercera y hubo tres horas de tinieblas cuando
él estaba en la cruz. Su gran tentación en el desierto vino de
manera triple (Lc. 4:3-10). El testimonio divino relativo a nuestro
Señor fue completado en la voz triple que vino del cielo (Mt. 3:17;
17:5; Jn. 12:28). Las inscripciones en la cruz en tres idiomas,
muestran su completo rechazo por el mundo. El mundo es aquí
representado de tres maneras: por la religión hebrea, por la cultura
griega y por el poder militar romano, simbolizando el contexto
religioso, el cultural y el político.
El
número tres también representa la resurrección. Jesús dijo: «Como
estuvo Jonás en el vientre del gran pez tres días y tres noches así
estará el Hijo del Hombre en el corazón de la tierra tres días y
tres noches» (Mt. 12:40). En Juan 2:19, él dijo a los judíos:
«Destruid este templo, y en tres días lo levantaré». En el verso
21 Jesús dice que él está hablando del templo de su cuerpo. Como
fue predicho, Jesús resucitó de la muerte en el tercer día. Jesús
resucitó a tres personas cuando estuvo en la tierra. En el Antiguo
Testamento, hay registrados también tres casos de personas
resucitadas (1 R. 17:9-24; 2 R. 4:18-35; 2 R. 13:21). Es interesante
observar que hubo un total de seis personas resucitadas. Estas seis
resucitaron, sin embargo murieron nuevamente. El séptimo resucitado
fue el propio Señor Jesús, y a través de su resurrección toda la
humanidad puede resucitar otra vez. Él jamás murió de nuevo, como
en el caso de los seis, sino que vive triunfante para siempre.
Otro
tipo de la resurrección es visto en «la jornada de tres días por
el desierto» del pueblo de Israel antes de atravesar el Mar Rojo.
Estos tres días transcurrieron inmediatamente después de la muerte
del Cordero Pascual en aquella noche memorable e histórica. Leemos
en Éxodo 14:27: «Entonces Moisés extendió su mano sobre el mar, y
cuando amanecía, el mar se volvió en toda su fuerza ...» Esto es,
cuando el día nació. Israel había salido de la sepultura del agua
y estaba irguiéndose, típicamente, en la resurrección. Ahora
comparemos este incidente con aquel que está registrado en Mateo
28:1: «Pasado el día de reposo, al amanecer del primer día de la
semana, vinieron María Magdalena y la otra María, a ver el
sepulcro». El registro continúa diciendo que ellas encontraron el
sepulcro vacío y que les fue dicho por los ángeles que él había
resucitado de los muertos. Tenemos, entonces, el tipo y el antitipo:
tres días después de haber sido muerto el Cordero Pascual, los
israelitas atravesaron el Mar Rojo, y tres días después que Cristo,
nuestra pascua (1ª Co. 5:7), fue crucificado, resucitó de los
muertos.
Tres
veces las aguas del Jordán fueron partidas (Jos. 3; 2 R. 2:6-8; 2
R.2:13-14). En la jornada de Egipto a Canaán, los hijos de Israel
tuvieron que pasar por el Mar Rojo y el Jordán. En la tipología, el
Mar Rojo y el Jordán hablan de la muerte y de la resurrección de
Cristo y con Cristo; sin embargo, el primer día hace énfasis en la
liberación de Egipto, y el segundo en la entrada a la tierra.
Jesús
habló tres veces respecto de aquellos que creen en él: «Yo lo
resucitaré en el día postrero» (Jn. 6:40, 44, 54). Tres veces la
resurrección del pueblo del Señor está ligada con el regreso de
Cristo (1ª Co. 15:22-23; Fil. 3:20-21; 1ª Tes. 4:16).
Es
fácil ver la ligazón entre el número tres y el número de la
Trinidad, y ese mismo número tres como el número de la
resurrección. Padre, Hijo y Espíritu hablan plenamente de Dios. El
tres es, por lo tanto, el número de la manifestación. Por otro
lado, la resurrección es claramente aquella obra de él donde el
poder humano llega a su fin; Cristo resucitó de los muertos al
tercer día, «que fue declarado (manifestado) Hijo de Dios con poder
... por la resurrección de entre los muertos».
De terdes a curiosidade e
a paciencia de lelo todo tiraredes comigo a conclusión de que
existen sólidos e fundados argumentos para celebrar o terceiro
aniversario deste instrumento de comunicación a través da palabra
escrita.
Pois nada mais. Queda
escrito para constatar que “Tempus fuxit”. Non se para con
ninguén. Un saúdo. Rafael
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